jueves, 30 de junio de 2016

Three Seasons - 2012 - Understand The World

Saturado, decepcionado y un tanto desquiciado del panorama socio-político actual... Con la necesidad de evadirme y no pensar, subir el volumen y leer, o simplemente mirar para otro lado, aunque sea por unos minutos, ayuda a intentar entender, que no a hacerlo... Everything is wrong!!!
Vuelta a las profundidades del revival rock de los '70 con otra de las bandas que se postulan como unos de los herederos de esas bandas de los '60 y '70 que con una mejor formación y técnica instrumental además de contar con excelsas producciones para producir discos increíbles luchan por hallar la pocima secreta de antaño y ganar adeptos. Este es el caso de los suecos Three Seasons con los que se podría decir que tuve un flechazo desde aquel Life´s Road de 2011 que me dejó impresionado y enganchado a sus setenteros sonidos de hard blues psicodélico convirtiéndose en una de mis nuevas bandas favoritas. Como era de esperar Understand The World sigue por el mismo buen camino de su predecesor y que llevarían un poco más allá con Grow. Composiciones extensas por encima de los seis minutos con grandes solos y llenas de improvisaciones que por fin he decidido repescar de mi borrador ahora que recientemente han reclutado nuevo batería y se vislumbra nuevo LP.

Quieres intentar comprender el mundo?
Se podría decir que Three Seasons tienen mucho de los '70 aunque quedarse con solo un par de nombres sería imposible. Y es que en esa mezcla de estilos y detalles radica la grandeza de los suecos. Si algo destaca en Understand The World es el sonido de guitarras y el inmenso hammond sumado al gran Sartez Faraj y su magistral voz que va de la dulzura a momentos duros como si nada.
Por poner alguna pega diría que la portada es bastante fea, por no decir fea de cojones! dejando constancia nuevamente que las portadas no eran su fuerte (Grow demostró lo contrario). Pero viendo el interior podrá perdonárseles... porque resulta difícil mencionar algún tema aunque yo destacaría 'Far As Far Can Be' un crescendo blues comandado por un omnipresente hammond, el poderoso rock psicodélico de 'Ain't Got Time', el impresionante corte instrumental 'Maria' o la enérgica 'Can't Let Go' con unas guitarras de otra época simplemente espectaculares que ponen el cierre a Understand The World.



Three Seasons:

Sartez Faraj - Guitars & Vocals
Olle Risberg - Bass
Christian Eriksson - Drums
Mattias Risberg - Hammond Organ

Track List:

1. Set in Stone
2. Searching
3. Far As Far Can Be
4. Ain't Got Time
5. Understand The World
6. I Would Be Glad
7. Maria
8. Can't Let Go



jueves, 16 de junio de 2016

Neil Young & Crazy Horse - 1969 - Everybody Knows This Is Nowhere

Ahora sí que sí comienza la cuenta atrás y ya no queda nada para tener frente a frente al maestro Neil Young después de meses tachando ansiosamente los días del calendario e inmerso en el universo Young. Llega acompañado de The Promise Of The Real y con un nuevo plástico bajo el brazo, Earth un LP de estudio grabado en directo en el que Young revisa 13 de sus temas sin complejos ni interrupciones en los que la música se mimetiza con el planeta en una simbiosis que solo Neil Young será capaz de plasmar y que estoy impaciente por escuchar.  

De este modo y en semana pre-concierto lo suyo es revisar alguna de las referencias del canadiense dentro de una discografía tan extensa como indispensable. El disco de esta semana es probablemente el disco que enamoró a más de uno de su música (yo el primero), ese disco que sirvió de punto de inflexión en su posterior carrera musical. Un disco en el que el folk predominante de su primer disco en solitario daba paso a nuevos y largos desarrollos distorsionados en la que sería el comienzo de una fructífera relación con Crazy Horse.

El despertar eléctrico más desbocado del maestro de Ontario
Atrás habían quedado los tiempos como The Squires, The Mynah Birds o la más recordada con Buffalo Springfield y tras la firma con Reprise Records se embarcaría en una larga y exitosa carrera en solitario. En noviembre del '68 publica su infravalorado epónimo debut en lo que era la lógica continuación de sus días como Buffalo Springfield, mucho country y más folk. Pero al poco, Young decide hacer uno de sus cambios de dirección llamando a su casa de Topanga a The Rockets. Neil que había tocado con ellos y tenía un feeling especial con la banda, especialmente con Danny Whitten, les bautizaría como Crazy Horse para la colaboración en lo que sería su segundo larga duración: Everybody Knows This Is Nowhere.


Publicado en mayo de 1969, solo cuatro meses después de Neil Young, Everybody Knows This Is Nowhere contiene sus grandes hits 'Cinnamon Girl', 'Down By The River' o 'Cowgirl In The Sand'. Sin dejar de lado el country folk al que nos tenía acostumbrados, nos muestra por primera vez su vena más eléctrica y rockera con temas más básicos y enérgicos en lo que eran lienzos preparados para extensas improvisaciones tan del gusto del canadiense y del mío. Y es que los temas de Everybody Knows This Is Nowhere ejemplifican la perfecta conexión Neil Young-Crazy Horse en la que forjaron su sonido a lo largo de los años.


Aunque no había quedado demasiado satisfecho con un primer álbum cargado de arreglos la experiencia si le sirvió para afrontar con mayor confianza su nueva grabación. Además del cambio musical que unos crudos y ruidosos Crazy Horse ejercían en el sonido, Young mejoró su forma de cantar ampliando su registro más allá del famoso falsete nasal de su debut. Everybody Knows This Is Nowhere es en resumen la combinación perfecta entre el nervio rocker distorsionado de Crazy Horse y la sensibilidad folk del de Ontario en un periodo tan creativo que ni los 39º de fiebre impidieron que pariese la tripleta 'Cinnamon Girl', 'Down By The River' y 'Cowgirl In The Sand'.



'Cinnamon Girl' sirve de pistoletazo de salida rezumando esa agria emoción amorosa que un melancólico Young domina como pocos en una mezcla entre las suaves armonías vocales y la distorsión instrumental. La canción sirve para constatar el renacer eléctrico de Neil Young con ese incisivo riff que lanza con su entonces nueva, hoy día legendaria, Old Black.
Le sigue una de mis preferidas, la triste a la par que hermosa melodía de aroma country 'Everybody Knows This Is Nowhere'. Procedente de las sesiones de su debut aunque con un tratamiento especial a cargo de Crazy Horse, 40 y tantos años después sigue sonando inigualablemente bien.
No todo podía ser distorsión en un disco tan compacto como este Everybody Knows This Is Nowhere y aún quedaban retazos de sus anteriores proyectos. Algo que demuestra con la vuelta a sus orígenes folkies con la sensiblera 'Round & Round (It Won't Be Long)' con Robin Lane acompañándole a las voces.
Y sin darnos ni cuenta llegamos al final de la cara A con uno de los momentos más excelsos de la discografía de Tito Neil: 'Down By The River'. La hipnótica conjunción instrumental de Young y Crazy Horse alcanza el clímax entre lunáticos riffs en una de esas canciones con las que siempre más me he identificado. La controvertida historia de amor y muerte no es sino un llanto desesperado sobre el final de una relación sobre la que asentar la épica guitarrera de Young y Whitten.


Abrimos la cara B con 'The Losing End (When You're On)' un country rock en el que canta la desesperación por el amor perdido con las perfectas armonías vocales junto a Danny Whitten.
Según pasan las canciones uno se da cuenta que estamos ante uno de los discos más redondos de Young y mira que tiene unas cuantas joyas, pero es que Everybody Knows This Is Nowhere tiene mucho de especial... El murmullo inicial con violín a cargo de Bobby Notkoff de 'Running Dry (Requiem For The Rockets)' nos sumerge en la canción más lenta del disco antes de sufrir una nueva descarga.
Porque como cabía esperar es otro caballo de batalla el encargado de cerrar esta magistral obra de Young y la que sería la banda de su vida: 'Cowgirl In The Sand'. Recuperando el espíritu épico de 'Down By The River', Neil Young cabalga de nuevo junto a los caballos locos en los 10 minutos de 'Cowgirl In The Sand' entre electrizantes embestidas guitarreras ejemplificando esa conexión y poderío de Neil Young y sus Crazy Horse. Discazo imprescindible y el inicio de una de las uniones más productivas y longevas del rock en estado puro.


Después del éxito de Everybody Knows This Is Nowhere, Young haría una pausa en su carrera en solitario para unirse durante unos meses a un viejo conocido como Stephen Stills en el supergrupo Crosby, Stills, Nash & Young para publicar ese legendario Déjà Vu (1970, Atlantic) y realizar una serie de conciertos que se plasmarían en el doble LP 4 Way Street (1971, Atlantic). Las fricciones harían que pronto volviese a su carrera como Neil Young con lo que es otra de sus obras maestras: After The Gold Rush...

Neil Young & Crazy Horse:

 


Neil Young - Guitar & Vocals
Danny Whitten - Guitar
Ralph Molina - Drums
Billy Talbot - Bass


Track listing:

Side #1:

1. Cinnamon Girl
2. Everybody Knows This Is Nowhere
3. Round & Round (It Won't Be Long)
4. Down By The River


Side #2:

1. The Losing End (When You're On)
2. Running Dry (Requiem For The Rockets)
3. Cowgirl In The Sand


miércoles, 8 de junio de 2016

Pink Floyd - 1967 - The Piper At The Gates Of Dawn

Al principio de los días un hombre empapado en ácido de presencia carismática y excéntrico comportamiento consumido por el LSD, conseguiría con su prosa una extraña mezcolanza compositiva entre la más oscura de las pesadillas y la candidez de juguetonas y humorísticas letras infantiles. Conocido como el logro de oro de Syd Barrett en lo que es la Biblia Astral de la psicodelia británica hoy por fin al fin The Piper At The Gates Of Dawn, primer lanzamiento de Pink Floyd y el que a la postre sería su propio pasaporte a la locura.


Pink Floyd nació en Londres a finales de 1965 después de que Roger Waters, Nick Mason y Rick Wright, con intereses musicales comunes, formaran en un principio Sigma 6. Al poco tiempo reclutarían a un viejo amigo de Waters de sus días en Cambridge, a un joven intrépido dispuesto a comerse el mundo, un tal Syd Barrett. Syd ganó peso rápidamente y bautizó a la banda Pink Floyd Sistem, reduciéndose la coletilla de Sistem poco después. El nombre fue en honor de dos viejos bluesmen: Pink Anderson y Floyd Concil que Barrett sacaría probablemente de su propia colección de discos

Su primer contrato como Pink Floyd sería para ofrecer una serie de actuaciones bautizadas como Spontaneous Underground en el Marquee londinense en febrero del '66, cuando aún estaban en la búsqueda de una identidad sónica. La repercusión de sus shows iba en aumento acrecentando la fama de la banda y más cuando introdujeron el uso de diapositivas a color en un juego de luces conocido como light-shows que dotaba de mayor atractivo la ya de por si sugestiva puesta en escena de unos todavía, eso sí, primitivos Pink Floyd.

El auge de la banda iba en aumento y el primer single era ya una necesidad para una banda que gozaba de una creciente repercusión dentro de la escena londinense. Así, en marzo de 1967 llegaría el que iba a ser su primera publicación, el single Arnold Layne, un pop psicodélico de letra un tanto obscena que pronto encontró la censura en muchas de las emisoras de la época. Pero Pink Floyd ya eran toda una realidad y los conciertos y proyectos se sucedían acrecentando su reputación en vivo gracias a sus actuaciones en lugares tan míticos como el UFO Club o Roadhouse y acallando a esa minoría escandalizada.




Ya bajo el auspicio de un sello como EMI publicarían su primer y único gran éxito con Barrett con el accesible single See Emily Play en pleno Summer Of Love, melódica y ácida con una letra sobre la conocida como colegiala psicodélica, groupie del UFO y que marcaría el principio del fin de un Syd cada vez más desequilibrado por sus adicciones.

Pero necesitaban más y el 5 de agosto saldría al mercado su primer long play The Piper At The Gates Of Dawn con Norman Smith, hombre de la casa de Abbey Road e ingeniero de The Beatles, como productor. La primera edición sería en mono, para disfrutar la versión en stereo habría que esperar hasta septiembre y es que este disco lo pide a gritos basta comprobarlo con 'Astronomy Domine'. El título del LP lo había tomado prestado Syd Barrett del clásico de la literatura infantil de Kenneth Grahame El Viento En Los Sauces, su libro favorito. Grabado a lo largo de casi tres meses en los Abbey Road coincidirían con las sesiones de otro de los grandes elepés de todos los tiempos como el Sgt. Pepper's Lonely Hearts Club de The Beatles.


Con el liderazgo compositivo de un Syd Barrett inmerso en una vorágine autodestructiva que acabaría por consumir su propia capacidad, en el álbum se atisba un cambio en la dirección musical respecto a sus dos primeros singles de aires más poperos y orientados al sencillo. Canciones pegadizas, melodías psicodélicas de aires pop, toneladas de experimentación y letras infantiles y surrealistas repletas de metáforas sobre odiseas alucinógenas. A todo ello hay que añadir los extraños y distorsionados órganos de Wright, disonancias, ecos, extravagantes ruidos y efectos, aullidos...y todo un sin fin de alteraciones sonoras.

Contraportada con dibujo de Barrett su otra pasión
La cara A se inicia con el apabullante 'Astronomy Domine' abriéndose todo un mundo de sensaciones con la voz del mánager Peter Jenner y esos etéreos efectos marca de la casa. El teclado repetitivo y compulsivo de Wright, el lisérgico solo de Barrett junto a la poderosa y concomitante batería de Mason convierten a 'Astronomy Domine' en una psicodelia espacial que suena tan atemporal como extravagante con su viaje ácido.
Más accesible y bailable llega 'Lucifer Sam' un pop psicodélico en la onda de 'See Emily Play' que demostraba la grandeza de Syd y por la que siempre he mostrado especial predilección.
Con el gusto de Barrett por la literatura infantil nos sumergimos en otro de los clásicos: 'Mathilda Mother' antes de dar paso a ese poema folk experimental llamado 'Flaming'.
Turno para 'Pow R. Toc. H' la que es sin dudas de las mayores excentricidades instrumentales de Pink Floyd. El final desemboca en una frenética y anárquica orgia instrumental.
Y cierra esta primera parte la que sería la única canción en la que las labores compositivas y vocales recaerían en Roger Waters 'Take Up Thy Stethoscope And Walk'. Bastante progresiva y con un teclado psych muy dominante.


Comenzamos la cara B con ni más ni menos que 'Interstellar Overdrive'. Aterradora y desquiciante. 10 minutos instrumentales delirantes de viaje astral. En el camino del rock sinfónico que estaba por venir, los sonidos ambientales y excéntricos derivan en un clímax experimental aterrador. Si lo que pretendes es no conciliar el sueño nada como escuchar 'Interstellar Overdrive' y la oscuridad conseguirá nublar tu calma indefinidamente llevándote a un estado de inquietud permanente. Perturbadora a más no poder.
'The Gnome' es un chiste musicado de divertida letra sobre enanos y ritmo lento folk con Barrett muy, muy relajado.
Vuelta a la oscuridad con la perturbadora 'Chapter 24' a la que se apunta cierta influencia Beatle.
Nos vamos acercando al final con 'Scarecrow' primera canción del álbum publicada ya que se editó como cara B de See Emily Play. Trata sobre el destino y la imposibilidad de escapar de él.
Y cierra el LP 'Bike' de letra infantil y un poco burlona sustentada sobre ritmos cabareteros. Barrett luce vocalmente entre efectos de todo tipo y distorsión con ese final lunático que nos regalan a la altura de un LP donde la psicodelia reina a sus anchas aunque sin tanto colorido como la que se practicaba al otro lado del Atlántico.


The Piper At The Gates Of Dawn gustaría a la crítica recalcando su innovador sonido psych y alcanzando el nº6 en las listas británicas pero también significaría el pasaporte a la locura de un Syd cada vez más desquiciado por los prolongados abusos alucinógenos. Excesos que provocarían la llegada David Gilmour quien había enseñado los primeros acordes a Barrett, como segundo guitarrista, aunque al poco (abril del '68) se le pidió abandonar al grupo desquiciado por su frenopático estado. Pese que llegaría a publicar 2 elepés en solitario (que he aprovechado para escuchar por primera vez con un buen regusto) su salida haría que Pink Floyd tomara nuevos caminos abandonando la psicodelia de los Syd times. Su siguiente álbum, A Soucerful Of Secrets tendría ya una presencia testimonial de Barrett con tan solo 'Jugband Blues' como aportación.

Borrado durante años, con el tiempo The Piper At The Gates Of Dawn acabaría superando el malditismo en el que pareció hundirse y revalorizarse hasta el punto que a día de hoy está considerado entre los mejores discos del rock psicodélico. Incluso para muchos es la gran obra de Pink Floyd, así como el principio y el final. Para mí los Pink Floyd de The Piper At The Gates Of Dawn y la banda mayormente conocida poco o nada tienen que ver, entendiéndose como dos entes totalmente diferenciadas si bien ambas altamente admiradas por quien escribe y que espero poder dar continuidad con alguna de sus millonarias en ventas referencias de los años setenta.


Pink Floyd:

Syd Barrett - Lead Guitar & Vocals
Roger Waters - Bass Guitar & Vocals
Richard Wright - Farfisa Organ, Piano & Vocals
Nick Mason - Drums & Percussion


Track listing:


Side #1:

1. Astronomy Domine
2. Lucifer Sam
3. Matilda Mother
4. Flaming
5. Pow R. Toc H.
6. Take Up Thy Stethoscope And Walk

Side #2:

1. Interstellar Overdrive
2. The Gnome
3. Chapter 24
4. Scarecrow
5. Bike

miércoles, 1 de junio de 2016

Eric Clapton - 2016 - I Still Do

Pasan los años y el círculo se va cerrando poco a poco, pero entre los que resisten está el incombustible Eric Clapton. Y es que como reza el título de su última grabación él todavía lo hace y muy bien además, lo cual yo agradezco al ser uno de mis guitar heroes de referencia. Porque yo soy de los que dice que este nuevo I Still Do (Bushbranch/Surfdog) no es un disco más sino más bien todo lo contrario, un disco menos con el que nos deleitará si bien creo que aún tiene cuerda para rato pese a sus 71 tacos. Para algunos a estas alturas: intrascendente, para mí: bastante aprovechable.

La carátula es obra del artista Peter Blake
Después de su tributo al bueno de JJ Cale The Breeze: An Appreciation Of JJ Cale de 2014 y sucediendo a su anterior referencia de estudio Old Sock (2013) acaba de publicar hace solo unos días el que es su vigésimo tercer disco de estudio. Para I Still Do Clapton ha trabajado con ni más ni menos que con Glyn Johns quien ya había producido Slowhand (1977) cuatro décadas atrás. Esta vez y pese al revuelo generado por la participación de Angelo Mysterioso, que apunta al hijo de George Harrison, no son las colaboraciones a las que solía recurrir lo más sonado del LP.


Como suele ser habitual en Clapton el álbum contiene una combinación de nuevas composiciones del británico y un buen número de versiones de sus influencias llevadas a su terreno y haciéndolas propias como de costumbre. Dentro del vaivén de momentos bluesies que nos regala EC en I Still Do, la sensación es que el álbum va un poco de más o menos siendo la sensación sosegada y apacible la que gobierna generalmente el transitar de los minutos. 12 cortes, casi una hora de blues manso, una escucha más que agradable y con la firma del siempre reverenciado Eric Clapton debería ser suficiente incentivo para cualquiera.


La alma blusera de mano lenta detona lentamente con los classic covers de 'Alabama Woman Blues' de Leroy Carr, 'Cypress Grove' de Skip James o 'Stones In My Passway' de toda una leyenda como Robert Johnson, terreno en el que Clapton se desenvuelve como pocos.

Dejamos el blues académico con la controvertida y misteriosa colaboración de ese sea quien sea Angelo Mysterioso que pone voz a la melosa y susurrante balada 'I Will Be There'. De ritmo lento, casi pomposo, verdaderamente transmite un efecto relax muy cautivante. 

En los días previos había estado escuchando el Road To Escondido que Clapton hiciera junto a JJ Cale en 2006 y disfrutando de lo bien que sonaban en ese álbum porque siempre han hecho buena pareja. Y es que Clapton siempre se ha sentido muy cómodo con los temas de su maestro Cale como vuelve a demostrar con las dos versiones que publica en este I Still Do. Principalmente adictiva 'Can't Let You Do It' con video lyric incluido y 'Somebody's Knockin'' con un gran solo de slowhand y de órgano que reaviva un poco la llama en medio de una última parte del disco que parece disiparse entre versiones que no terminan de lucir como el 'I Dreamed I Saw St. Augustine' de Bob Dylan.

En lo que a composiciones propias se refiere son dos los nuevos temas que podemos escuchar: 'Spiral' y 'Catch The Blues'. La primera eléctrica, la segunda acústica y con voces dobladas pero ambas bluesies de guitarras delicadas.




Y como decía: pasan los años y el incombustible Eric Clapton sigue a lo suyo, grabando y publicando con cierta regularidad para alegría de muchos. La lástima es que desde hace ya un tiempo ha reducido su actividad en directo al mínimo imposibilitando la posibilidad de poder disfrutar de un concierto suyo.
Como dato curioso leía esta mañana que I Still Do intercambiaba posiciones en los charts de UK y USA con lo nuevo de Bob Dylan, otro dinosaurio en esto del rock que coincidencias del destino publicó Fallen Angels el día 20 de mayo como mano lenta y que tengo pendiente de catar. A lo que iba, Clapton número 5 en USA y 6 en UK y Dylan justo al revés, quinto en las islas y sexto en América. Y era tan curioso que hasta en el número de copias vendidas iban casi a la par.



Track listing:

1. Alabama Woman Blues
2. Can't Let Do You It
3. I Will Be There
4. Spiral
5. Catch The Blues
6. Cypress Grove
7. Little Man, You've Had A Busy Day
8. Stones In My Passway
9. I Dreamed I Saw St. Augustine
10. I'll Be Alright
11. Somebody's Knockin'
12. I'll Be Seeing You



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